Archivo del blog

lunes, 30 de julio de 2012

Si lloras por haber perdido el sol, las lagrimas te impediran ver las estrellas.









Esa particular mirada... esa sonrisa que te tranquiliza, que parece que se lleva los problemas como plumas en una ráfaga de viendo. Esa manera de besar, tan delicada...suave, tierna; tan nuestra. Que hace que parezca que el mundo se hunde y a mi no me importa porque estamos a salvo. Abrazados. Sintiéndonos cerquita. Sintiéndonos uno. Sintiéndonos bien... y que las horas pasen como segundos, no importa. O al menos a mi no me preocupa  que me riñan...porque no me importa. Nadie me va a impedir centrarme en lo importante. . Y que espero que después de tantos días juntos... hayas aprendido como soy al menos un poco. Que soy de las que no le importa la hora que sea. Siempre voy a querer hablar contigo. Soy de las que se acuerdan del primer beso...pero no del último. Aquella que se cierra cuando el mundo no le da su llave... esa que hace que el mundo sonría aunque todo le salga mal.
Esa que sabe que siempre estarás ahí. Porque ingenua o no...es feliz confiando en ti. Confía en que no dejarás que las lagrimas cubran su rostro, o que la tristeza la inunda. Confía en que cada beso siempre sabe mejor que el anterior. Y que cada lagrima consiste en errores...o en maltratos de cualquier tipo.
Confía en que la felicidad no perdura para siempre y confía en que siempre puede suceder algún "milagro" que lo arregle todo. Confía en... él. Porque a base de historias que me has contado me has ayudado a no dudar una palabra tuya desde el principio. Confié en que me querías y no me arrepentí en ningún momento de haberlo echo. Conseguí a alguien genial, a base de palizas... a base de hostias contra el suelo. Una y otra vez. Seguidas. Caídas, heridas y lagrimas... me sentía tan sola. Tan vulnerable ante tanto para alguien como yo... Que no puede mantener todo el peso ella sola.
Sin embargo, es cierto que supe avanzar, con costras que rascaba, y no dejaba que se curasen del todo... supe avanzar. Confié en que podría superarlo... podría saber vivir ante todo, yo. Yo misma y el mundo... pero que tontería. Porque de repente aparece alguien y hace que las cosas se salgan de los renglones. Y todo cambia. Todo gira entorno a esa persona, involuntariamente. Y supongo que lo buscaba sin buscarlo. Buscaba... mediante olfato o vista. Me guiaba por mi. Por mi mapa de dentro. Me guiaba por esa estúpida vocecilla, que al fin y al cabo no existe... pero que, me guiaba por ello. Y constantemente me repetía: es él. Abrázalo. Solo con un abrazo sabrás lo que necesitas... y qué coincidencia. Te necesitaba. Nos buscamos, y  nos encontramos. Nos guiamos por los golpes de la vida. Nos dijimos que por donde habíamos caído una vez, no hacía falta volver a pasar. Nos repetíamos,una...dos, tres veces que no necesitábamos a alguien ahí, que nos consuele cuando estemos rotos y que nos arrope cuando mamá ya no lo hace. Por eso pasábamos de engañarnos y de hacer que los abrazos sean tan poco...
Nos encontramos. Me encontré a mi misma cuando te abracé, la primera vez. Y sigo recordando lo bien que me sentía al llegar a casa, y las ganas que tenía de volver a repetirlo, dos, cuatro, seis... MIL MILLONES DE VECES. Porque así no me pierdo.

1 comentario: